Un laberinto es una sucesión constante de decisiones tomadas, un conjunto de encrucijadas que conforman un reto, una elección de un camino, que para finalizar con éxito nos obliga a caminar al lado de la intuición, la creatividad y la determinación.
Pero el del arte es a menudo un camino que se recorre en solitario, y quizás por eso, la línea argumental de cada artista es un intrincado laberinto de razonamientos y elecciones íntimas; de ahí que hablemos de laberintos disociados para referirnos a la obra individual de cada una de las personas que integran esta muestra.
Así pues, labyrinthus es una invitación a transitar por la expresión artística, a imaginar, a explorar y conocer, tanto el trabajo en equipo, como el esfuerzo intimista y solitario de los componentes de ados.